La presión era de tal magnitud que finalmente el Gobierno portugués ha tirado la toalla. Portugal pedirá ayuda externa y reconoce que no está en condiciones de pagar su gigantesca deuda. Lo anunció el primer ministro en funciones ante la presión de los mercados tras negar durante semanas que necesitara ayuda y mantener que plegarse a un rescate financiero de la UE y del FMI -aunque el Fondo aseguraba anoche que aún no había recibido la petición- abriría el peor de los escenarios para Portugal.Bruselas responderá "lo más rápidamente posible". Más información
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