Interesante artículo encontrado en el blog EconoCosas.
El éxito de los Simpson explica que lleven veinte años en antena. Su éxito hizo que la revista Nature eligiera los 10 momentos más científicos de la serie. Y la economía no podía faltar. Primero llegaron los estudios sobre la economía de Springfield y ahora desde una universidad norteamericana nos muestran cómo enseñar economía con las aventuras de la familia amarilla donde cita cuatro casos interesantes. Yo añadiría uno más para definir los cinco momentos más económicos de la serie:
- La formación de precios
Una empresa alemana compra la central nuclear de Springfield por cien millones de dólares en el episodio “Burns vende la central”. Sin ninguna ocupación, el señor Burns se aburre y comprueba como sus antiguos empleados ya no le temen. Por eso trata de recuperar la central. Al comprobar que los alemanes están deseosos de deshacerse de ella al encontrarla ruinosa, rebaja su oferta y logra comprarla por 50 millones, la mitad a la que la vendió.
Un ejemplo de la formación de precios en función de la variación de la oferta y de la demanda. También muestra como la valoración es subjetiva ya que la central es más valorada por el señor Burns, que estaba dispuesto a volverla a comprar por cien millones, que para los alemanes que aceptan deshacerse de ella por cincuenta. Entre otras cosas porque a los alemanes les incomoda la desorganización de la central mientas para el señor Burns eso le resulta irrelevante y sí valora el poder que se deriva de poseer la central.
- Efectos secundarios de las decisiones económicas
Decía Bastiat que un buen economista ve los efectos invisibles tan bien como los visibles. Así lo expuso el economista francés en la parábola “La ventana rota” de su obra “Lo que se ve y no se ve”.
Homer Simpon lo expuso en el episodio “Así como éramos” que recuerda la época cuando estaba en el instituto. Para poder salir con Marge, Homer se apunta a las mismas actividades que ella. Incluido el equipo de debate en donde le toca participar con el siguiente tema: ¿Debería el límite de velocidad bajarse a 55 millas por hora? Homer resonde: ¿55? ¡Eso es ridículo! Seguro que se salvarían algunas vidas pero millones llegarían tarde.
La rebaja del límite de velocidad traería consigo un posible beneficio, se salvarían vidas, pero también acarearía importantes trastornos. Cuando se trata de alcanzar un objetivo, como el de reducir vidas, hay que evaluar todas las soluciones ya que cada una de ellas tendrá efectos secundarios que habría que mitigar. Porque si nos centramos únicamente en el objetivo la solución sería sencilla: prohibir los automóviles.
- La burocracia
El sector público tiene un funcionamiento diferente al de la empresa privada. La Teoría de la elección pública nos muestra el comportamiento del funcionario público.
Homer Simpson también nos lo muestra en el episodio “Residuos titánico” cuando tras haber ganado las elecciones prometiendo que los empleados municipales irían casa por casa recogiendo cada cubo la basura para que los vecinos no tuvieran que ensuciarse. Esta medida disparó el gasto y agotó el presupuesto junto a otras decisiones como dar flamantes y caros uniformes a todos los empleados. Tras lo cual Homer mantiene el siguiente diálogo con Marge:
Marge: ¿Cómo pudiste gastar 4,6 millones de dólares en un mes?
Homer: ¡Ellos me dejaban firmar cheques con un sello, Marge! ¡Con un sello!
- Monopolio
Bastiat hizo una divertida crítica del monopolio en Petición de los fabricantes de candelas, velas, lámparas, candeleros, faroles,… en los que solicitaban que se tapara la luz del sol para poder vender sus productos durante todo el día. Esa misma idea la recogió el señor Burns para poder más energía eléctrica de su central nuclear en el episodio “¿Quién mató al señor Burns? (I)”.
- El análisis coste-beneficio
La corriente confusión de considerar que un negocio que genere muchos ingresos es sinónimo de ser rentable. Todo dependerá de la relación entre el volumen de beneficios y el nivel de los gastos. Algo que olvidaba Homer Simpson en el episodio “A Bart le regalan un elefante” cuando cobró por enseñar el elefante de Bart mientras Marge le recriminaba lo siguiente:
Homer: Mira esto, Marge: ¡58$ y todo beneficio! Yo soy el hombre de negocios más inteligente del mundo.
Marge: La factura de la comida (del elefante) son 300$.
Homer: Marge, por favor, no me humilles delante del dinero.
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